«Nel mezzo del cammin di nostra vita»

Por si alguien no lo sabe, el título del post es el inicio de la «Divina Commedia» de Dante, la obra literaria más importante de la historia de Occidente («¿Más que ‘El Quijote’?». Bueno, de eso hablaremos otro día…). Normalmente se traduce por «en medio del camino de nuestra vida», y se cree que hace referencia a que Dante escribió este poema aproximadamente con treinta y cinco años, o sea, más o menos a la mitad de la vida de una persona.

Todo este largo preámbulo para decir que creo que he llegado al mismo momento vital del poeta a pesar del año y medio que nos separan, porque más que de la edad, de lo que Dante hablaba era de ese punto en el que uno se para, quizá por primera vez, a hacerse una especie de autorretrato mirándose al espejo, no con la imaginación pensando en lo que es, sino mirando de verdad con los ojos, tomando conciencia de la propia madurez.

Si yo echo la vista atrás veo muchas cosas, pero muchas, muchas. Veo un sueño que se cumple y otro que estalla en tantos pedazos que al verlos no hay manera de reconocer el todo del que formaban parte. Veo un equilibrio que se tambalea. Veo pocas certezas y muchas dudas, algo que espero que no cambie demasiado con el paso del tiempo. Entre las certezas más amables encuentro la escritura.

Con mayor o menor constancia me ha acompañado desde hace muchos años, en tantas formas que si alguien busca mi nombre en Google puede encontrar artículos (en español y en italiano) sobre pintores venecianos, actualidad políticacasinos americanos gestinados por tribus indias. Por no hablar de blogs, personales o temáticos, en los que he hablado de todo (o de casi todo).

En ocasiones sé que no he escrito más por los límites que me he impuesto a mí mismo en el blog de turno: si escribía sobre política no quería publicar una poesía, durante el tiempo en que he sido más activo con las Emitologías no he querido escribir de deporte, por ejemplo. Corsés innecesarios.

Creo que ha llegado el momento de acabar con estos límites, que son sólo eso, cadenas que en ocasiones me han impedido sentarme delante del ordenador (o del cuaderno) y, sencillamente, escribir. Quizá no me vaya a ganar la vida con ello, pero al menos no la voy a perder. Y eso ya es tanto.

P.D. «¿Entonces vas a cerrar los blogs y vas a escribir sólo aquí?». No. «Voté en el Mediterráneo» y «Emitologías» seguirán albergando los escritos que sean más afines a la política y al lenguaje respectivamente. Lo demás, aquí, o en otras páginas con las que colabore.

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